Siguiendo este link encontrarán la reseña de la película de once para este período: "Perfect sense"
domingo, 16 de septiembre de 2012
Reseña de "La ciencia de los sueños"
Siguiendo este link pueden ver la reseña de "la ciencia de los sueños"
http://www.filmaffinity.com/es/film703647.html
http://www.filmaffinity.com/es/film703647.html
miércoles, 5 de septiembre de 2012
INSTRUCCIONES DE JULIO CORTÁZAR...
“Formamos con calidad para
una educación más humana”
Algunos textos de Julio
Cortázar. Recopilados por Erika
Herrera. LENGUA CASTELLANA: Proyecto lector. 2011
Instrucciones para llorar
Instrucciones para llorar. Dejando de
lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de llorar, entendiendo por
esto un llanto que no ingrese en el escándalo, ni que insulte a la sonrisa con
su paralela y torpe semejanza. El llanto medio u ordinario consiste en una contracción
general del rostro y un sonido espasmódico acompañado de lágrimas y mocos,
estos últimos al final, pues el llanto se acaba en el momento en que uno se
suena enérgicamente. Para llorar, dirija la imaginación hacia usted mismo, y si
esto le resulta imposible por haber contraído el hábito de creer en el mundo
exterior, piense en un pato cubierto de hormigas o en esos golfos del estrecho
de Magallanes en los que no entra nadie, nunca. Llegado el llanto, se
tapará con decoro el rostro usando ambas
manos con la palma hacia adentro. Los niños llorarán con la manga del saco
contra la cara, y de preferencia en un rincón del cuarto. Duración media del
llanto, tres minutos.
Julio
Cortázar.
CORTÁZAR, Julio. Instrucciones para
llorar. En: Historias de cronopios y de famas. 1962.
Instrucciones para cantar
Empiece por romper los espejos de su
casa, deje caer los brazos, mire vagamente la pared, olvídese. Cante una sola
nota, escuche por dentro. Si oye (pero esto ocurrirá mucho después) algo como
un paisaje sumido en el miedo, con hogueras entre las piedras, con siluetas
semidesnudas en cuclillas, creo que estará bien encaminado, y lo mismo si oye
un río por donde bajan barcas pintadas de amarillo y negro, si oye un sabor
pan, un tacto de dedos, una sombra de caballo. Después compre solfeos y un
frac, y por favor no cante por la nariz y deje en paz a Schumann.
Julio
Cortázar.
CORTÁZAR, Julio. Instrucciones para
cantar. En: Historias de cronopios y de famas. 1962.
Instrucciones para subir una escalera
Nadie habrá dejado de observar que
con frecuencia que el suelo se pliega de manera tal que una parte sube en
ángulo recto con el plano del suelo, y luego la parte siguiente se coloca
paralela a este plano, para dar paso a una nueva perpendicular, conducta que se
repite en espiral o en línea quebrada hasta alturas sumamente variables.
Agachándose y poniendo la mano izquierda en una de las partes verticales, y la
derecha en la horizontal correspondiente, se está en posesión momentánea de un
peldaño o escalón. Cada uno de estos peldaños, formados como se ve por dos
elementos, se sitúa un tanto más arriba y adelante que el anterior, principio
que da sentido a la escalera, ya que cualquiera otra combinación producirá
formas quizá más bellas o pintorescas, pero incapaces de trasladar de una
planta baja a un primer piso.
Las escaleras se suben de frente,
pues hacia atrás o de costado resultan particularmente incómodas. La actitud
natural consiste en mantenerse de pie, los brazos colgando sin esfuerzo, la
cabeza erguida aunque no tanto que los ojos dejen de ver los peldaños
inmediatamente superiores al que se pisa, y respirando lenta y regularmente.
Para subir una escalera se comienza por levantar esa parte del cuerpo situada a
la derecha abajo, envuelta casi siempre en cuero o gamuza, y que salvo
excepciones cabe exactamente en el escalón. Puesta en el primer peldaño dicha
parte, que para abreviar llamaremos pie, se recoge la parte equivalente de la
izquierda (también llamada pie, pero que no ha de confundirse con el pie antes
citado), y llevándola a la altura del pie, se le hace seguir hasta colocarla en
el segundo peldaño, con lo cual en éste descansará el pie, y en el primero
descansará el pie. (Los primeros peldaños son siempre los más difíciles, hasta
adquirir la coordinación necesaria. La coincidencia de nombre entre el pie y el
pie hace difícil la explicación. Cuídese especialmente de no levantar al mismo
tiempo el pie y el pie).
Llegado en esta forma al segundo
peldaño, basta repetir alternadamente los movimientos hasta encontrarse con el
final de la escalera. Se sale de ella fácilmente, con un ligero golpe de talón
que la fija en su sitio, del que no se moverá hasta el momento del descenso.
Julio
Cortázar
CORTÁZAR, Julio. Instrucciones para
subir una escalera. En: Historias de cronopios y de famas. 1962.
Instrucciones-ejemplos sobre la forma de tener miedo
En un pueblo de Escocia venden libros
con una página en blanco perdida en algún lugar del volumen. Si un lector
desemboca en esa página al dar las tres de la tarde, muere.
En la plaza del Quirinal, en Roma,
hay un punto que conocían los iniciados hasta el siglo XIX, y desde el cual,
con luna llena, se ven moverse lentamente las estatuas de los Dióscuros que
luchan con sus caballos encabritados
En Amalfí, al terminar la zona
costanera, hay un malecón que entra en el mar y la noche. Se oye ladrar a un
perro más allá de la última farola.
Un señor está extendiendo pasta
dentífrica en el cepillo. De pronto ve, acostada de espaldas, una diminuta
imagen de mujer, de coral o quizá de miga de pan pintada.
Al abrir el ropero para sacar una
camisa, cae un viejo almanaque que se deshace, se deshoja, cubre la ropa blanca
con miles de sucias mariposas de papel.
Se sabe de un viajante de comercio a
quien le empezó a doler la muñeca izquierda, justamente debajo del reloj de
pulsera. Al arrancarse el reloj, saltó la sangre: la herida mostraba la huella
de unos dientes muy finos.
El médico termina de examinarnos y nos
tranquiliza. Su voz grave y cordial precede los medicamentos cuya receta
escribe ahora, sentado ante su mesa. De cuando en cuando alza la cabeza y
sonríe, alentándonos. No es de cuidado, en una semana estaremos bien. Nos
arrellanamos en nuestro sillón, felices, y miramos distraídamente en torno. De
pronto, en la penumbra debajo de la mesa vemos las piernas del médico. Se ha
subido los pantalones hasta los muslos, y tiene medias de mujer.
Julio
Cortázar
CORTÁZAR, Julio.
Instrucciones-ejemplos sobre la forma de tener miedo. En: Historias de
cronopios y de famas. 1962.
Instrucciones para matar hormigas en Roma
Las
hormigas se comerán a Roma, está dicho. Entre las lajas andan; loba, ¿qué
carrera de piedras preciosas te secciona la garganta? Por algún lado salen las
aguas de las fuentes, las pizarras vivas, los camafeos temblorosos que en plena
noche mascullan la historia, las dinastías y las conmemoraciones. Habría que
encontrar el corazón que hace latir las fuentes para precaverlo de las
hormigas, y organizar en esta ciudad de sangre crecida, de cornucopias erizadas
como manos de ciego, un rito de salvación para que el futuro se lime los
dientes en los montes, se arrastre manso y sin fuerza, completamente sin
hormigas.
Primero
buscaremos la orientación de las fuentes, lo cual es fácil porque en los mapas
de colores, en las plantas monumentales, las fuentes tienen también surtidores
y cascadas color celeste, solamente hay que buscarlas bien y envolverlas en un
recinto de lápiz azul, no de rojo, pues un buen mapa de Roma es rojo como Roma.
Sobre el rojo de Roma el lápiz azul marcará un recinto violeta alrededor de
cada fuente, y ahora estamos seguros de que las tenemos todas y que conocemos
el follaje de las aguas.
Más
difícil, más recogido y silencioso es el menester de horadar la piedra opaca
bajo la cual serpentean las venas de mercurio, entender a fuerza de paciencia
la cifra de cada fuente, guardar en noches de luna penetrante una vigilia
enamorada junto a los vasos imperiales, hasta que de tanto susurro verde, de
tanto gorgotear como de flores, vayan naciendo las direcciones, las
confluencias, las otras calles, las vivas. Y sin dormir seguirlas, con varas de
avellano en forma de horqueta, de triángulo, con dos varillas en cada mano, con
una sola sostenida entre los dedos flojos, pero todo esto invisible a los
carabineros y a la población amablemente recelosa, andar por el Quirinal, subir
al Campodoglio, correr a gritos por el Pincio, aterrar con una aparición
inmóvil como un globo de fuego el orden de la Piazza della Essedra, y así
extraer de los sordos metales del suelo la nomenclatura de los ríos
subterráneos. Y no pedir ayuda a nadie, nunca.
Después
se irá viendo cómo en esta mano de mármol desollado las venas vagan armoniosas,
por placer de aguas, por artificio de juego, hasta poco a poco acercarse,
confluir, enlazarse, crecer a arterias, derramarse duras en la plaza central
donde palpita el tambor de vidrio líquido, la raíz de copas pálidas, el caballo
profundo. Y ya sabremos dónde está, en qué napa de bóvedas calcáreas, entre
menudos esqueletos de lémur, bate su tiempo el corazón del agua.
Costará
saberlo, pero se sabrá. Entonces mataremos las hormigas que codician las
fuentes, calcinaremos las galerías que esos mineros horribles tejen para
acercarse a la vida secreta de Roma. Mataremos las hormigas con sólo llegar
antes a la fuente central. Y nos iremos en un tren nocturno huyendo de lamias
vengadoras, oscuramente felices, confundidos con soldados y con monjas.
Julio
Cortázar
CORTÁZAR,
Julio. Instrucciones para matar hormigas en Roma. En: Historias de cronopios y
de famas. 1962.
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